Esta guía busca informar y sensibilizar sobre la importancia de las labores de cuidado, destacando su relevancia en procesos legales y en la sociedad, especialmente en un país donde estas responsabilidades recaen mayoritariamente en las mujeres.
En Chile, las labores de cuidado han sido históricamente asumidas por mujeres. Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo 2015 del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), el 96% de las mujeres realiza algún tipo de trabajo de cuidado no remunerado, en comparación con solo el 64% de los hombres. Además, las mujeres dedican, en promedio, 3,3 veces más horas semanales a estas actividades, perpetuando desigualdades de género y limitando su desarrollo profesional y personal.
A pesar de representar aproximadamente el 22% del PIB nacional, el trabajo de cuidado no remunerado ha sido invisibilizado y desprotegido. La Ley N° 21.645 busca enfrentar esta problemática, promoviendo la corresponsabilidad y garantizando derechos para quienes asumen estas responsabilidades.
Establece medidas para conciliar la vida personal, familiar y laboral, como el derecho al teletrabajo para quienes cuidan de menores, personas con discapacidad o en situación de dependencia, flexibilidades laborales en vacaciones escolares, el uso preferente del feriado legal y el reconocimiento de las labores de cuidado no remunerado.
A trabajadores y trabajadoras con responsabilidades de cuidado, promoviendo condiciones laborales más equitativas y flexibles.
Reconocimiento formal de su trabajo, acceso a programas de formación, apoyo emocional, descanso adecuado y acceso a políticas de seguridad social.
Actividades como acompañamiento diario, alimentación, higiene personal, administración de medicamentos y atención emocional, esenciales para personas dependientes.
Las labores de cuidado son consideradas un aporte indirecto al menor, y pueden ser evaluadas como parte del cálculo del monto de la pensión de alimentos.
En divorcios, estas labores pueden justificar compensaciones económicas si han limitado el desarrollo profesional o laboral de quien las realizó.
Documentos como certificados médicos que acrediten la dependencia de la persona cuidada, testimonios de terceros y registros de actividades, como horarios y gastos relacionados con el cuidado.
Es posible apelar la decisión o presentar pruebas adicionales para reforzar la importancia del trabajo de cuidado en el caso.
Es una iniciativa que busca garantizar apoyo a personas cuidadoras y dependientes, promoviendo la corresponsabilidad social y de género.
Personas en situación de dependencia, niñas, niños y adolescentes, personas mayores, personas con discapacidad y cuidadores principales